Paisajes naturales, nacimiento y desembocadura de ríos, ciudades en las que nos muestra el trasiego de su gente y el legado que los artistas que en ellas vivieron, dejaron para nuestro disfrute. Aves que juegan frente a mí, en una fotografía, y parece que el viento que producen sus alas en ese juego, en ese alto o bajo vuelo, llega hasta mí, hasta agitar mi ropa y mi pelo. Tal vez eso no lo consigan hacer, pero sí consiguen remover las mil y una sensaciones que en mí producen, algo así como un impulso a los latidos de mi corazón.

Porque con cada fotografía que Alberto Rico Vélez nos regala, pone en manifiesto su dedicación por el trabajo bien hecho. Mas no es sólo eso, no es sólo la técnica y el click final del disparo con su cámara de fotos, sino cómo sabe transmitir a través de la imagen algo que la hace especial frente a otras: la emoción, incluso me atrevería a decir que nos entrega el alma de un instante que pudo pasar desapercibido. Es por eso que nos transporta hasta el lugar, hacia el momento que ya pasó pero que lo supo transformar en una imagen atemporal, como a él le gusta decir.

Dejo aquí el enlace a su página web donde se puede ver parte de su trabajo… Acaso sólo sea el principio de un largo viaje que casi acaba de emprender.

Enhorabuena y gracias por este bello regalo.