TEMORES DE UNA CERILLA ENCENDIDA
Luz de un único deseo,
llama que transforma
la materia.
En la cabeza el poder,
que enciende la noche
y la oscuridad aleja.
El chasquido del fósforo
que hace prender
la madera.
Mas es el aire del abanico,
la brisa que mueve las ramas
noche y día
de encinas, robles y olivos,
el aliento en la voz quebrada
de la canción y del grito,
esos pequeños temores,
y, en tal caso, enemigos
de la cerilla encendida,
la misma que jugó conmigo
en aquellos años inocentes,
a descubrir nombres secretos
y entregar besos debidos.